Ginecología
> La píldora
Apareció en el mercado europeo hace casi cincuenta
años (1961) y, desde entonces, esta minúscula
pastilla, conocida también como anovulatorio, se
ha convertido en uno de los métodos reversibles más
eficaces para prevenir el embarazo. Administrada correctamente,
la seguridad supera el 99,5 %. Esto significa que la proporción
de fallos es de menos de 0,5 embarazos por cada 100 mujeres
que la toman anualmente. Su mayor riesgo es olvidarse de
tomarla.
Cada píldora contiene dos hormonas sintéticas
similares a las que se producen en el ovario: estrógeno
y progesterona. Cuando estas sustancias entran en el torrente
sanguíneo, la hipófisis recibe el mensaje
de que ya hay suficiente estrógeno y progesterona
y deja de dar órdenes al ovario para que las elabore.
El ovario, al no ser estimulado, queda sin ovulación,
en reposo, en una situación hormonal similar a la
que experimentan las mujeres cuando están embarazadas.
La píldora provoca también un espesamiento
de la mucosa cervical, que dificulta la entrada de los espermatozoides.
Asimismo, cambia el endometrio, convirtiéndose en
un lugar hostil para una hipotética fecundación.
Se vende en las farmacias, en envases que contienen veintiuna
píldoras. La primera pastilla se toma el primer día
de la regla y después una diariamente durante los
veinte días siguientes. Al finalizar las veintiuna
píldoras, se descansan siete días. Tras la
semana de descanso, se empieza de nuevo otra caja. Para
no olvidarse, conviene tomarla siempre a la misma hora.
Este método es eficaz desde la primera toma y continúa
siéndolo también durante la semana de descanso,
siempre que seguidamente se inicie una nueva caja.
Aunque se dice que puede tomarla cualquier mujer sana, como
se trata de un producto farmacológico, es imprescindible
la visita médica para poder prevenir posibles contraindicaciones
o efectos secundarios. Sólo el ginecólogo
podrá valorar la conveniencia de usar o no este método
y el tipo de píldora que más se adecua a cada
caso, y se encargará de fijar los controles necesarios.
Si antes de empezar a tomar la píldora se seguía
otro método anticonceptivo (por ejemplo, el preservativo),
conviene mantenerlo simultáneamente hasta acostumbrarse
al nuevo, para asegurarse de que no haya olvidos. Cuando
se toma la píldora, la cantidad de flujo suele disminuir
y las reglas acostumbran a ser menos abundantes y más
cortas. Es conveniente realizar una revisión ginecológica
anual. Sise produce un olvido, para seguir protegida, hay
que tomar la pastilla olvidada antes de que pasen doce horas
y luego tomar la siguiente a la hora habitual. Pero si han
transcurrido doce horas, ya no hay seguridad, por lo que
es preciso tomar la pastilla olvidada, seguir la pauta y
utilizar otro método anticonceptivo complementario
durante ese ciclo. También se deberá usar
otro método anticonceptivo adicional si se producen
vómitos o diarreas, ya que en estos casos es probable
que el organismo no haya absorbido las sustancias contenidas
en la píldora. El uso de determinados medicamentos
puede alterar asimismo su eficacia.
No se recomienda su uso antes de los dieciséis años.
Este es un margen prudencial que se establece para asegurar
que la maduración sexual se ha completado de forma
natural y que los ciclos son regulares. Otra advertencia:
fumar mientras se toma la píldora, perjudica aún
más seriamente la salud.
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